ACIDEZ

Los síntomas de la acidez estomacal son popularmente conocidos. De hecho, son uno de los trastornos digestivos más comunes, que puede empezar con un ligero hipo y seguir con una sensación de ardor en el estómago, pecho y garganta. 

En la mayoría de los casos, la acidez de estómago se desencadena por factores como la dieta y el estilo de vida, y puede ser provocada por los alimentos que ingerimos, especialmente los picantes, grasos o ácidos. Pero, en ocasiones, puede tener relación con la enfermedad de reflujo gastroesofágico, una medicación concreta o por muchas otras causas. 

Sea como sea, si quieres mejorar tus digestiones pesadas y crecer en bienestar general, ¡echa un vistazo a estos cinco consejos para prevenir la acidez estomacal! 

Remedios para la acidez estomacal 

Para empezar, la acidez estomacal aparece cuando el esfínter esofágico inferior (EEI) se debilita o se relaja de manera anormal y permite que el ácido del estómago suba al esófago. 

                                                                                                                     EVITA LA ROPA AJUSTADA

En primer lugar, como comentábamos antes, el ardor de estómago se produce cuando el contenido del estómago sube al esófago, donde los ácidos estomacales pueden quemar su tejido. 

Es posible que los episodios de acidez estomacal se deban a que la ropa ajustada ejerce presión sobre tu abdomen y estómago cuando comes. 

Si ese es el caso, lo primero que hay que hacer es aflojar el cinturón o cualquier prenda que pueda estar ejerciendo un aplastamiento innecesario. 

                                                                                                                     MEJORA TU POSTURA CORPORAL

En segundo lugar, tu postura también puede contribuir a la acidez de estómago. Si pasas mucho tiempo sentado o tumbado, intenta ponerte de pie. Si ya estás de pie, intenta ponerte más erguido. 

Al fin y al cabo, una postura erguida oprime menos el esfínter esofágico inferior, que es un anillo muscular que impide que los ácidos del estómago suban al esófago. 

                                                                                                                   COME CON MODERACIÓN Y DESPACIO

En tercer lugar, aprende a comer de una forma más moderada y consciente. ¡La digestión empieza en la boca!  

En este sentido, puedes cambiar tu frecuencia entre platos. Por ejemplo, en lugar de tres grandes comidas al día, puedes hacer cinco comidas más pequeñas, para controlar así la cantidad de alimentos que consumes.  

No obstante, a cada persona le puede ir mejor hacer más o menos comidas al día. Consulta con un especialista para saber qué opción es mejor en tu caso.  

                                                                                                             REDUCE LA INGESTA DE CIERTOS ALIMENTOS

En cuarto lugar, hay algunos alimentos que tienen más probabilidades que otros de desencadenar el reflujo, como la menta, los alimentos grasos, los picantes, los tomates, las cebollas, el ajo, el café, el té, el chocolate y el alcohol. 

Ahora bien, si comes alguno de estos alimentos con regularidad, puedes probar a eliminarlos                 para ver si así se controla el reflujo y, luego, intentar volver a añadirlos uno a uno para encontrar el origen del problema y mejorar tu dieta personal. 

                                                                                                               NO HAGAS EJERCICIO DESPUÉS DE COMER

En quinto lugar, evita el ejercicio intenso durante un par de horas después de comer. 

Por lo general, dar un paseo después de las comidas principales está bien, pero un ejercicio más intenso, sobre todo si implica agacharse, puede hacer que el ácido llegue al esófago.  

Por otra parte, no olvidemos que existen muchas posturas de yoga que pueden mejorar la digestión y reducir los problemas digestivos como la acidez gástrica. Te recomendamos su práctica, ¡pero siempre con el estómago vacío!